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Sur Global toma protagonismo en la cumbre BRICS celebrada en Brasil

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La XVII Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de los BRICS realizó en la ciudad de Río de Janeiro, bajo la presidencia de Brasil. A la cita acudieron los líderes de los países fundadores del bloque -Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica- así como los de las naciones que se incorporaron en los últimos dos años: Egipto, Irán, Emiratos Árabes Unidos, Etiopía, Arabia Saudita e Indonesia.

Esta composición ampliada, junto a la figura del “Estado asociado” creada en la anterior cumbre celebrada en Kazán en 2024, marca una nueva etapa para el bloque, que se posiciona como una fuerza clave en el establecimiento de un orden mundial multipolar. Desde esta nueva plataforma, los BRICS se presentan como un espacio donde los países del Sur Global encuentran cada vez más su propia voz e influencia en los asuntos globales.

Una alternativa ante la incertidumbre global

En un contexto internacional marcado por la inestabilidad y el fracaso de Occidente en buscar soluciones diplomáticas a conflictos como el palestino-israelí, los BRICS emergen como un actor comprometido con la cooperación internacional, el libre comercio y la estabilidad. La creciente militarización, el silencio ante violaciones a los derechos humanos y las políticas proteccionistas lideradas por potencias como Estados Unidos y la Unión Europea han generado un profundo malestar en buena parte del mundo.

Frente a ese panorama, los BRICS ofrecen una propuesta basada en el respeto mutuo, la amistad y el desarrollo conjunto. Para muchos países en desarrollo, el bloque se ha convertido en una esperanza concreta para avanzar hacia un orden mundial donde las reglas se construyan de manera igualitaria y consensuada.

Economía al servicio del desarrollo, no del castigo

Uno de los ejes de discusión de la cumbre es la economía global. Las políticas proteccionistas de Estados Unidos -especialmente durante el mandato de Donald Trump- y las amenazas arancelarias contra países que buscan diversificar sus relaciones comerciales, han sido duramente criticadas por los miembros del bloque.

Los BRICS defienden la soberanía de los Estados para decidir cómo estructurar sus sistemas de pagos y en qué moneda realizar sus transacciones, desafiando así la hegemonía del dólar. En contraste con las sanciones y restricciones impuestas desde Washington, el bloque promueve mecanismos como el Nuevo Banco de Desarrollo, una iniciativa concreta para financiar proyectos de infraestructura y desarrollo sostenible en países del Sur Global.

Una voz firme por el multilateralismo

La cumbre también reafirma el compromiso de los BRICS con un sistema internacional basado en el multilateralismo y en normas acordadas colectivamente. Tal como expresó el presidente chino Xi Jinping en la cumbre de Kazán, el grupo debe ser un bastión de cooperación para las naciones del Sur Global.

En Río de Janeiro, este llamado se transformó en una declaración de principios: frente a un mundo en crisis, los BRICS ofrecen un camino alternativo basado en la paz, la cooperación y el respeto mutuo. Más que un contrapeso, el bloque se perfila como una red de colaboración genuina que busca construir un futuro más equitativo y estable para todas las naciones.

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